Durante mi vida he peleado para que no me alcance, intento revolcarme un poco para no atraerla a mí, pero como siempre termino siendo alcanzado por sus garras, ¿qué de quien hablo?, pues mi fiel amiga la rutina.
Desde que tengo uso de razón he tenido una rutina, eso de levantarte y hacer ese continuo andar que parece que nunca termina, y a pesar de cambiar de trabajo, de ciudad, de país e incluso de cruzar el charco entero la rutina siempre termina apoderándose de mi vida. Y es que es tan odiosa que, para mi colmo, hasta me dan ganas de cagar a la misma hora todos los días.
Pero bueno, creo que por ahora tampoco hago mucho por cambiarla, al contrario la estoy disfrutando, me levanto voy a trabajar y como si fuera el mismo capítulo todos los días veo a la misma gente de siempre en el metro, de hecho ya hasta me saludan y es que se vuelve tan deprimente que al caer la noche lo único que diferencia un día de otro es la ropa que plancho para el siguiente día.
¡Ay rutina!, te odio, pero por ahora te dejare envolverme con tu juego hasta que se me ocurra algo para deshacerme otro tiempo más de ti, mientas solo espero el fin de semana para, como es costumbre, echarme unas cervezas con mis amigos.
Y para no variar termino este post porque según mi rutina ya me toca cenar...
Desde que tengo uso de razón he tenido una rutina, eso de levantarte y hacer ese continuo andar que parece que nunca termina, y a pesar de cambiar de trabajo, de ciudad, de país e incluso de cruzar el charco entero la rutina siempre termina apoderándose de mi vida. Y es que es tan odiosa que, para mi colmo, hasta me dan ganas de cagar a la misma hora todos los días.
Pero bueno, creo que por ahora tampoco hago mucho por cambiarla, al contrario la estoy disfrutando, me levanto voy a trabajar y como si fuera el mismo capítulo todos los días veo a la misma gente de siempre en el metro, de hecho ya hasta me saludan y es que se vuelve tan deprimente que al caer la noche lo único que diferencia un día de otro es la ropa que plancho para el siguiente día.
¡Ay rutina!, te odio, pero por ahora te dejare envolverme con tu juego hasta que se me ocurra algo para deshacerme otro tiempo más de ti, mientas solo espero el fin de semana para, como es costumbre, echarme unas cervezas con mis amigos.
Y para no variar termino este post porque según mi rutina ya me toca cenar...
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