Si, se acabo el verano, hoy amaneció un día gris y lluvioso, ya no tarda en entrar el otoño y con ello se acabaron las tardes de terracitas, las piscinas, las chicas en minifaldas y escotes, los días largos y soleados, las vacaciones, y en mi caso las ganas de tener ganas, es que, no sé porque pero cuando hace frio, llueve o los días son cortos me da una weba salir a la calle, no me quiero ni levantar de la cama, tengo un síndrome depresivo otoñal e invernal, es más, si por mi fuera invernaría como los osos o, mejor aún, migraría como las aves en estas fechas para vivir siempre en verano.
Existen personas que prefieren el frio, o algunos que me dicen que les encanta deprimirse viendo la lluvia caer (que porque es bueno de vez en cuando ponerse melancólico), que asco, yo prefiero el sol, quizás es imaginación mía pero cuando un día es soleado la gente se ve más alegre, los colores son más vivos, en cambio ahora todo se ve como una diapositiva en blanco y negro. Como suelen decir “para gustos el arcoíris”, o “para arcoíris los colores”, o “para los colores el arcoíris”, bueno, la idea es esa, el hecho es que yo odio el frio, la lluvia y los días grises.
Y pensar que faltan 9 meses para el próximo verano. Pero bueno, como cada año, sobreviviré…